Usiacuri: Las aguas medicinales de Usiacuri

Las aguas que brotan de la tierra de Usiacurí son privilegiadas, curativas y, a veces, milagrosas. Tienen grandes beneficios para la salud, ya que pueden considerarse como dinámicas, estimulantes, sedativos, diluyentes, reconstituyentes y eliminadoras.

Según estudios hechos en laboratorios de Estados Unidos, a principios del siglo pasado, estas aguas contienen hierro, azufre, magnesio, mercurio y sulfato de zinc.

En 1962 la desaparecida Empresa de Obras Sanitarias del Atlántico (Espolón) construyó tres pozos, de 150 metros de profundidad con capacidad de extraer 50 litros por segundo, para llevar agua potable a la población, lo que afectó la capacidad al punto que en 1970 terminó secando por completo estas fuentes de agua medicinal y dejadas al olvido.

Las aguas medicinales de Usiacurí, en Colombia, son conocidas por sus propiedades curativas. Se cree que estas aguas tienen efectos beneficiosos para la salud, especialmente para afecciones como la artritis, la dermatitis y problemas respiratorios. Muchas personas visitan Usiacurí para disfrutar de los baños termales y aprovechar los beneficios terapéuticos de estas aguas.

La poetisa Meira Delmar decía: "no hay medicina más preciada que está, natural y fácil, que sirve a Dios en el agua y que es dosificada y medida por su mano misma".

Las aguas medicinales de Usiacurí son un tesoro natural del municipio de Usiacurí, en el departamento del Atlántico, Colombia. Estas aguas son reconocidas por sus propiedades curativas y han sido utilizadas por personas de todo el mundo durante siglos.

El agua de estos pozos brota de manantiales subterráneos y se caracteriza por su alto contenido de minerales, como el azufre, el magnesio y el calcio.

Las aguas medicinales de Usiacurí se utilizan para tratar una variedad de enfermedades, incluyendo problemas de la piel, el reumatismo, la artritis y los problemas digestivos. También se dice que estas aguas tienen propiedades relajantes y rejuvenecedoras.

En la actualidad, los pozos de aguas medicinales son un importante atractivo turístico del municipio. Los visitantes pueden bañarse en las aguas, tomarlas como bebida o utilizarlas para hacer barro terapéutico. También hay una variedad de restaurantes y tiendas de artesanías en la zona.

Aquí hay algunos de los beneficios de las aguas medicinales de:

Alivian el dolor y la inflamación
Mejoran la circulación sanguínea
Desintoxican el cuerpo
Estimulan el sistema inmunológico
Mejoran la salud de la piel
Promueven la relajación y el bienestar

video donde se muestran los pozos los mellos.

10 pozos de agua medicinales, que desde 1970 estaban secos, están siendo recuperados.

Hasta para curar el dolor de muelas se usaban”, responde con certeza Alejandro, y sin el menor asomo de señal de dudas, al recordar historias que escuchó a sus abuelos de los pozos de aguas medicinales que existían en Usiacurí (Atlántico).

El hombre, de pelo lacio blanco y de una frente ancha que frunce cada vez que habla, asegura que su abuela le contó que con esa agua se curaba desde un dolor de barriga hasta un incómodo orzuelo.

“Vea aquí la gente se moría era de viejos, porque esa agua los sanaba de todo”, agrega Alejandro, cuyo relato puede sonar exagerado al oído de los jóvenes o desconocidos, pero no es un cuento de esos que se tejen y con los años toman fuerza en los pueblos del Caribe colombiano.

Él no hace mucho esfuerzo por explicar que se refiere a los pozos de aguas medicinales que fueron reconocidos más allá del territorio nacional, por sus poderes curativos y que desde hace más de 50 años se secaron.

Usiacurí es uno de los municipios más apacibles y hospitalarios del Atlántico, tierra de artesanos laboriosos de la palma de iraca. A este pueblo verde y de brisas frescas arriban personas de todos los rincones del país en busca del agua de los pozos mágicos.

Hasta este paraje llegó en 1907 el poeta Julio Flórez, quien se mudó junto a la ronda del arroyo Cajón para curarse de una dispepsia con el agua milagrosa los pozos. Hoy esa casa es un museo que lleva su nombre.

La poetisa Meira Delmar decía: "no hay medicina más preciada que esta, natural y fácil, que sirve Dios en el agua y que es dosificada y medida por su mano misma".